(Carmen y Lacynda)
Hoy me gustaría compartir con usted la historia de mi amiga, Carmen. Hablo de ella mucho en mis actualizaciones. Ella ha compartido el testimonio de su fe en Cristo conmigo en numerosas ocasiones, y quiero pasárselo, de modo que usted pueda ser elevado y refrescado en saber que Dios transforma vidas en este mundo entero.
Carmen crecieron en un Católico a casa, como la mayor parte de niños hacen en México. En 11 años, los Conductores de tranvía fueron bautizados en la iglesia Católica durante su primera comunión. Considerando su bautismo, Carmen oyeron el refrán de voz de Dios, “la Subida y viene, Carmen,” pero ella no entendió lo que esto significó. El sonido de la voz siempre se quedaba con ella.
Cuando ella se puso más vieja, Carmen abandonaron la iglesia Católica y olvidaron de Dios. Ella se casó en una edad joven. Lamentablemente, su cónyuge era violento y adicto a medicinas y alcohol, y sus años juntos eran desagradables. Ellos tenían a dos niños juntos, Gilberto y Dayana.
Los misioneros vinieron a su pueblo y comenzaron ministering a Carmen y su marido. Ella dijo que ella siempre pensaba que su marido necesitó a Dios porque él era la persona mala. Ella fue nunca alguien que hizo cosas malas, entonces esto nunca le ocurrió que Dios era importante para su vida, también. Ella dijo, “estaba bien para él, pero yo no tenía ningún uso para sus palabras.”
Hace tres años, Carmen realizaron que ella estaba embarazada otra vez. Egoístamente, su marido la abandonó porque él no quiso a otro niño. Ella llevaba a gemelos. Ella enfermó en el tercer trimestre de su embarazo, y necesitó una c-sección inmediata de los gemelos. Incapaz de alcanzar a su marido separado, y su madre mayor, con que ella vivió, siendo incapaz de asistirle, Carmen visitaron a un amigo de misionero de visita que la apresuró al hospital. Ella no tenía el dinero para pagar al hospital, y entonces ellos la ponen en una ambulancia y la apresuraron lejos, dirigiéndose hacia el hospital de tres-o-cuatro horas de distancia estatal.
Mientras en la ambulancia, Carmen podrían sentir el vehículo que tuerce de acá para allá porque el hombre era muy nervioso de sus gritos. ¡De repente, la ambulancia golpea un coche y giró por la carretera! Carmen dijo que la tensión hizo que ella empujara, y el primer bebé comenzado al nacimiento en la ambulancia. El conductor radioed al hospital más cercano para preparar un cuarto de emergencia para ella. Ella dijo que ella levantó sus ojos en el dolor y miró el techo de la ambulancia. Allí, dos ojos de la compasión la consideraban del cielo. Ella se concentró en aquellos ojos hasta las puertas de ambulancia abiertas en el cuarto de emergencia.
Carmen dio a luz dos niñas rápidamente, y ellos no respiraban. Mientras ella descansó en el hospital, incapaz de ser transportado debido a su propia salud débil, sus niños fueron apresurados al hospital estatal. Sin el dinero para pagar para comidas, el hospital no permitió que su amigo comiera. Después de dos días, su amigo la condujo el hospital estatal donde sus bebés la esperaban.
Carmen dijo que ella esperó en el cuarto durante horas con sus bebés hasta finalmente las enfermeras tuvieron que hacer su permiso porque las horas de visita eran terminadas. Cuando ella anduvo en el vestíbulo, su marido la esperaba. Inseguro de como manejar su presencia, los Carmen aceptaron su comodidad. Pero unas horas después de su llegada, su primer bebé murió.
El pobre no puede permitirse el embalsamamiento en México, entonces el hospital inmediatamente empaquetó al bebé y la sepultó en el cementerio estatal. Incapaz de decir adiós al niño él había despreciado una vez, el marido de Carmen se marchó en el choque y los Conductores de tranvía se quedaron con su último bebé en el hospital. Durante tres semanas, ella se quedó con su niño. Finalmente, los doctores enviaron su casa, pero le dijeron que su niño tenía un defecto de corazón. Carmen no tenían el dinero para la cirugía necesaria.
Después de cuatro meses, el dinero finalmente se hizo disponible. Su niño era hermoso y encantador y había comenzado a relacionarse con ella. Los conductores de tranvía de buena gana dieron todo que ella podría para hacer la cirugía posible para su bebé. Lamentablemente, el niño tenía complicaciones durante la cirugía, y sólo unos días después, ella murió.
El marido separado de los conductores de tranvía movió hacia atrás en con ella, pero su cólera era demasiado grande, y él era muy abusivo. Finalmente, él la abandonó para siempre, y ella colocó en la vida otra vez con sus niños y madre. Algunos meses después de la muerte de sus bebés, Carmen recordó aquellos ojos que ella había visto en la ambulancia. Ella estuvo rota de perder a sus niños, y del abuso de su cónyuge, y no tener otra avenida para tomar, ella contempló a Dios para la ayuda.
(Dayana, la hija más joven de Maria del Carmen Alvarado)
Los misioneros que tenían una vez ministered a su marido ahora le ayudaron a entender la fe cristiana. Ellos le dijeron que ella podría encontrar la paz y la alegría en Cristo. Ella ha estado creciendo durante dos años en la fe, y es muy apasionada sobre las escrituras y el amor de Cristo. Su vida entera se cambió. Ella ahora tiene la paz en su casa, y ella tiene la paz en su propio espíritu. Ella también tiene una alegría y una alegría que ella afirma que ella pensó que ella nunca sentiría después de perder a ambos de sus niños.
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